Cupido en los tiempos de phubbing
La
tecnología digital nos resuelve la vida, en eso estamos todos de acuerdo. Las
diferentes aplicaciones nos ayudan a gestionar eficazmente la logística familiar,
hacen más rápida la comunicación en el trabajo, nos acercan a quienes están
lejos… y la lista de beneficios sigue. Pero ¿cómo ha influido la tecnología en
las relaciones de pareja? Comencemos por las buenas noticias: el internet, las
diferentes aplicaciones han ayudado y siguen ayudando a millones de personas
alrededor del mundo a encontrarse, y muchos de estos encuentros han culminado
en exitosas historias de amor. Pareciera que el internet hace el mundo más chico,
pues aumenta las posibilidades de contacto de quienes están lejos o de quienes
sienten que han agotado todas sus posibilidades de encontrar una pareja en su
medio ambiente inmediato. Sin embargo, esta poderosa herramienta conlleva
algunas trampas que están afectando la vida de millones de parejas alrededor
del mundo.
Una
de éstas es el phubbing; es decir, el
acto de ignorar y menospreciar a las personas que nos acompañan al prestar más
atención al teléfono celular que a la persona. El término proviene de la combinación
de phone (teléfono) y snub (desaire). Un estudio realizado por
la Universidad de Baylor, en Estados Unidos, afirmó que el 46% de las parejas
ha padecido phubbing. A estos
estudios le siguen muchos otros, como los realizados en España y Reino Unido,
donde la conclusión es la misma: el problema de que las pantallas en general se
lleven toda nuestra atención, lleva a la descortesía, al conflicto y, a largo
plazo, desgasta las relaciones interpersonales.Una
de éstas es el phubbing; es decir, el
acto de ignorar y menospreciar a las personas que nos acompañan al prestar más
atención al teléfono celular que a la persona. El término proviene de la combinación
de phone (teléfono) y snub (desaire). Un estudio realizado por
la Universidad de Baylor, en Estados Unidos, afirmó que el 46% de las parejas
ha padecido phubbing. A estos
estudios le siguen muchos otros, como los realizados en España y Reino Unido,
donde la conclusión es la misma: el problema de que las pantallas en general se
lleven toda nuestra atención, lleva a la descortesía, al conflicto y, a largo
plazo, desgasta las relaciones interpersonales.
En
general afecta más a las relaciones de pareja y entre padres e hijos. Además,
reduce el tiempo de comunicación de calidad dentro de la pareja, algo que es
grave puesto que el principal factor para predecir que una pareja perdurará en
el tiempo es el buen dialogo. Pudiéramos pensar que esto afecta solo a parejas
jóvenes o a adolescentes; sin embargo, estos estudios demuestran que las
parejas adultas y con amplias responsabilidades extienden este mal hábito
incluso en la intimidad de la recámara, ya que aprovechan la ocasión (que es el
momento adecuado para conversar con la pareja sin apuros ni interrupciones)
para revisar sus redes sociales, distraerse y desconectarse de un largo día de
trabajo. Esto en lugar de ayudar a la relación de pareja la separa, genera
reclamos, lo que aumenta el distanciamiento emocional. En
otros casos, son ambos los que están sumidos en las pantallas, lo que provoca
que el distanciamiento se dé de forma casi imperceptible y que tanto la irritabilidad
como las exigencias con la pareja aumenten.
No
se han dado cuenta que una de las causas de los conflictos es precisamente la
falta de diálogo. Algunas de las estrategias para cambiar esto pueden ser reflexionar
profunda y honestamente sobre nuestros hábitos digitales, generar un ambiente
de confianza para platicarlo serenamente con la pareja, acordar cuáles serán
los tiempos y los lugares para usar los aparatos y, sobre todo, respetar los
acuerdos. En mi nuevo libro Detox digital
te comparto consejos prácticos y sencillos para mejorar este aspecto de tu vida.
Recuerda que no se trata sólo de encontrar a quién amar, sino de cuidar a las
personas que nos aman. Este 14 de febrero la mejor muestra de amor es
privilegiar a las personas que nos quieren y acompañan.
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