¿Cómo superar la traición?


¿Cómo superar la traición?


Sin duda las consecuencias emocionales que provoca la traición son de los sentimientos más difíciles de procesar para el ser humano. Hace unos días platicaba de este tema con un paciente de edad avanzada, quien cayó en una fuerte depresión después de haber sido traicionado por quien fuera su socio durante más de 20 años. Además de haber perdido una parte de las acciones de la empresa, clientes y de enfrentar los daños económicos que esto implicaba, lo que más le costaba sobrellevar eran las devastadoras consecuencias sentimentales que deja la traición a su paso: enojo, baja autoestima, deseos de venganza, vergüenza, tristeza y la sensación de desprecio. La mayoría de las veces el enojo es con uno mismo y el auto enjuiciamiento es muy severo. La traición es uno de los procesos más complicados de procesar para el cerebro humano; en muchos casos, es incluso más difícil de superar que la muerte de un ser querido, esto es porque la mayoría de las veces tenemos que “matar” a esa persona en vida, es decir, olvidarla y sacarla de nuestra mente. 




El inconveniente es que el cerebro no entiende por qué si la persona sigue viva y deseamos verla o aclarar asuntos, no podemos hacerlo, contrario a la muerte en la que estamos conscientes de que ver a ese otro ya no es posible. 
Es por esto que procesar la traición se convierte en una lucha interna de impulsos y un revoltijo de emociones. No por nada en la Biblia la traición es el asunto final al que Jesús tiene que enfrentarse durante su experiencia humana: fue traicionado por su discípulo y amigo, Judas, por 30 monedas y en consecuencia, crucificado. La única forma de hacer las paces con la traición es entender que las personas hacen lo que hacen por quienes son ellos y no por quienes somos nosotros. 

Las personas llevan consigo sus propias razones, carencias, ambiciones y motivaciones. En la mayoría de los casos la traición no está enfocada en lastimar directamente a quien resulta ser la víctima, sino que se trata de una consecuencia colateral de las propias decisiones. Otra de las lecciones que nos trae la traición es el perdón. Muchas veces quien cometió esta falta se encuentra profundamente arrepentido y desea retomar el camino del compromiso y el crecimiento. Entender que hizo las cosas por carencias propias, así como también reconocer con humildad la posibilidad de error en nosotros mismos, dará paso a un corazón abierto y dispuesto para perdonar. Pero la lección más importante que nos trae la traición es que la vida es dinámica. Habrá personas que llegarán a tu empresa o a tu vida para ayudarte a llegar del punto A al punto B, y eso no necesariamente implica que están listas para acompañarte al siguiente nivel o para comprometerse contigo; muchas veces, la traición nos ayuda a ver que la persona que nos traicionó tenía que salir de nuestra vida, pues tocaba rodearnos de personas que sí nos aportaran cosas positivas. En este último caso, hay que agradecer el acompañamiento de estas personas en un trayecto específico de nuestro desarrollo y, finalmente, dejarlas salir con paz de nuestro día a día. Si haces esto te aseguro que la tranquilidad, la confianza y la motivación regresarán a ti muy pronto.

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