Orden dentro del caos
En días pasados tuve el honor de entrevistar a la doctora Montserrat Graell, psiquiatra mundialmente reconocida y jefa de psiquiatría y psicología clínica en el Hospital Universitario Infantil Niño Jesús, ubicado en Madrid, España. Montserrat también es catedrática de la Universidad Autónoma de Madrid, uno entre muchos otros puestos de liderazgo que ostenta tanto en Europa como en Latinoamérica. La entrevista la realicé durante una conferencia en vivo, vía Facebook, que fue titulada: “La pandemia cambió mi vida”. En ella, la doctora Graell nos compartió su experiencia sobre cómo se vivió –y se está viviendo– en España la pandemia.
A diferencia de México, allá se llegó antes al pico de contagios, así que fue interesante plantear cómo la experiencia de nuestros amigos españoles podría ayudarnos a reflexionar sobre la nuestra: cómo lo estamos haciendo nosotros en esta fase, qué podemos esperar ahora que en México poco a poco va llegando la llamada nueva normalidad, con el regreso a clases y tal vez pronto con la vacuna… Éste es un ejercicio mental que nos ayuda a prepararnos a enfrentar próximos cambios, especialmente a nosotros los profesionales de la salud. Conocer la “experiencia española” fue productivo y esperanzador. Por ello, quise compartir con ustedes un breve resumen de esa charla, palabras que podrían ser calma dentro de la incertidumbre.
La doctora Graell dijo que para poder resistir y salir con la mente lo más intacta posible de uno de los confinamientos más largos del mundo –en este caso, México tiene ya más de 130 días en confinamiento– es muy importante basarnos en rutinas y proyectarlas en pirámide para que tengan orden de prioridad. En la base tenemos a la dupla de sueño y comida. Para que el cerebro estructure el ánimo y mantenga su estado de alerta, es importante seguir el orden en las horas del sueño; tener establecidos los horarios para dormir y despertar. Mismo caso con el horario de las comidas. Si se ha perdido este orden, la doctora Graell recomendó, en el caso del sueño, levantarse 30 minutos más temprano de lo habitual hasta que el horario se recorra y se cumplan las 8 horas diarias, así como no ver pantallas al menos 1 hora antes de acostarse ni 1 hora después de despertarse.
De la mano va el recuperar los horarios de desayuno, comida y cena; la solución es reestructurar y recibir los beneficios que los horarios establecidos traen al metabolismo. La siguiente prioridad es tener una rutina de actividades, pero ojo: actividades fuera de pantalla. La doctora Graell nos recordó que éste es un buen momento para charlar con los hijos, con los padres y con la familia de temas emocionales, así como de enseñar a los niños valiosas actividades que se han ido perdiendo a raíz de nuestra cultura de lo inmediato y que sin embargo son de suma importancia para su crecimiento cognitivo y emocional. Por ejemplo, hablamos de leer en familia o en voz alta, hacer manualidades, jugar juegos de mesa, coser o bordar, cocinar, hacer nudos con cuerdas, ordenar objetos, etcétera.
Según nos confirmó Graell, estas actividades que incluyen a todos los miembros de la familia son sumamente positivas, contemplativas, traen calma, sosiego y ayudan al autoentretenimiento. Sin duda, practicarlas nos ayudará también para el regreso a la nueva normalidad y, además, estaremos encaminados a mejorar como seres humanos.
Ella ha observado en sus pacientes que, una vez establecidas estas pautas: horario del sueño, tres comidas con horario fijo, tiempo destinado a la actividad física y a la realización de actividades fuera de las pantallas, los beneficios son mayores. En el fondo, son pequeños cambios que afectan positivamente el estado de ánimo de niños, adolescentes y adultos, que ponen orden dentro del caos. No te pierdas la conferencia completa, la cual puedes escuchar de forma gratuita en mi página de Facebook: Psic. Olga González
Psic. Olga González Domínguez
escribeme@olgagonzalez.mx
test
ResponderEliminar