Burn out por pandemia y tres pasos para amortiguarlo.

El burn out o agotamiento extremo debido a las tareas que el encierro conlleva está pasando factura, cada vez con mayor frecuencia, en la vida de las personas. Al principio, la cuarentena trajo una oportunidad de convivio, tranquilidad y paz, para todos, especialmente para las parejas y las familias. Sin embargo, a más de cinco meses y medio de encierro las personas están experimentando las consecuencias del aislamiento social, la carga laboral, la vulnerabilidad en la salud, el temor a perder la estabilidad económica y el trabajo.

La literatura en psicología ha señalado que las cuarentenas que se extienden por más de 100 días tienen serios impactos difíciles de revertir en la salud mental. Entre ellos, el agotamiento o el burn out. Éste tiende a ser acentuado en las madres de familia, ya que su carga laboral se ha incrementado, pues aquellos roles que antes cumplían de forma parcial, ahora, debido a la instrucción de permanecer en casa, se han vuelto totales. Digamos que además de su rol como cuidadoras principales de sus hijos, se les ha adjudicado el rol de mantener el orden en casa, de preparar los alimentos diarios, el de ser maestras y/o cuidadoras de los abuelos o parientes delicados de salud… todo esto, sin quitar que muchas de ellas siguen trabajando a distancia o, incluso, de manera presencial. Debido a esta pesada carga muchas mujeres no han encontrado un espacio para su autocuidado: descansar debidamente, asistir al médico, dispersarse, lo cual ha derivado en niveles altos de estrés y agotamiento emocional. 

Por su parte, los expertos en masculinidades han declarado que en el caso del varón persiste un temor a perder el empleo y por tanto la estabilidad laboral (o su rol como proveedor), así como una sensación de estar fuera de lugar en los espacios de la casa, ya que no estaba acostumbrado a pasar tanto tiempo en ésta. El varón tampoco está habituado a compartir las tareas del hogar y menos por un tiempo tan prolongado, por lo que esta responsabilidad la siente como una carga. Otro factor sumado a los anteriores es que al varón le desagrada que alguien le imponga a dónde ir, cuándo y cómo hacerlo; por ello, se resisten más a seguir las instrucciones de salud, como a usar el tapabocas correctamente o a lavarse las manos con frecuencia.

Las presiones en hombres y mujeres desembocan en tensiones de pareja, familiares… Y al perder el control, damos pie al estrés, a la depresión, lo que puede llevar a un aumento en el consumo del alcohol, tabaco u otras drogas.

¿Qué podemos hacer para amortiguar esta situación? La respuesta es compleja porque cada situación es muy particular; sin embargo, tres recomendaciones generales que pueden ayudar a darle la vuelta al agotamiento emocional son: en primer lugar, hablar con un especialista que nos ayude a identificar el fondo de la angustia; en segundo lugar, bajarle al perfeccionismo, evitar compararse con la productividad de otros (mostrada en redes sociales) y recordar que la meta es mantenernos saludables y permanecer a salvo del Covid-19; en tercer lugar, ser flexibles, pues el exceso de aislamiento trae consecuencias emocionales muy difíciles de revertir.

Retomemos las actividades al aire libre, acatando siempre las recomendaciones de salud. Todas estas pequeñas acciones nos ayudarán a amortiguar el cansancio y a moderar las emociones negativas producto del encierro.

Debido a la alta demanda, he abierto diez espacios nuevos para consulta de casos urgentes. Escríbeme a: olgalizetgonzalez@yahoo.es

Psic. Olga González Domínguez

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